PERDONEN LAS DISCULPAS

 Lo primero que has de leer en este sitio es esta declaración de intenciones. Muchas cosas de las que escribiré en este lugar será mi opinió...

sábado, 13 de enero de 2024

El Lago Muerto

 "En el corazón de Tarantia, la capital del Acheron, erigida sobre las ruinas de la antigua Valusia, hay un bosque; dentro de ese bosque, unas ruinas; y en el centro de esas ruinas, un lago. Pero no es un lago de aguas puras y cristalinas. Nada más lejos. El Lago Muerto está formado por un fluido extraño, opaco, que no moja y sobre el que no flota nada".

El Lago Muerto ha estado presente en mi mundo imaginario desde el primer borrador, cuando se trataba de un mundo genérico de fantasía épica, con elfos, enanos, orcos y todos los etcéteras de la época. Recuerdo que quería hacer dos grandes bosques: el de los elfos, el bueno, con todos sus árboles bien peinaditos, brillantes, el suelo bien barrido, etc. Y en oposición tenía que haber un bosque malo. El bosque de la bruja. El de los monstruos. Y como epicentro, el Lago Muerto.

De estar colocado en una región apartada del mapa, a los años, decidí moverlo al interior de la ciudad base. Ese centro urbano en torno del cual se genera la gran mayoría del juego.

Ahora que mi escenario de campaña está totalmente definido en la Edad Hiboria, el lugar lógico para colocar el Lago es en el Central Park del Acheron.

Como pasa con todos los elementos del juego, lo he usado en muchas ocasiones en muchas partidas distintas. La mayoría de las veces, creo, que ha sido en la partida de Garath ( ¡enlace! ). Y tengo que confesar que nunca tuve clara la naturaleza de su fluido. Sabía que tenía que ser algo raro-malo, pero ni yo mismo sabía el qué. En ocasiones, el Lago Muerto sólo servía de macguffin, y no llegaba a entrar en juego nunca. Otras veces conseguía dejar su auténtica naturaleza en el misterio de la partida -cuando se consigue, quedas como el rey, haciéndote el interesante y dejando a la peña con ganas de más-. Pero en otras, sí me he visto obligado a establecer exactamente lo que es, para qué sirve y qué poderes / maldiciones provoca.

¿Por qué esta reflexión? Preguntaréis. Porque el Lago Muerto tiene todas las papeletas para aparecer en la Partida de Creación de Personaje de Cthulhu Edad Hiboria (CEH), el Juego de Rol basado en los Mundos de H.P. Lovecraft y Robert E. Howard. Y una vez que esté publicado, escrito negro sobre blanco, ya no habrá vuelta atrás. Lo que diga que es, será. Y tomar esta clase de decisiones no es fácil.

Un profesor de filosofía decía que "es más importante lo que no se pone en un examen que lo que se escribe". El Lago Muerto era el refugio de muchas ideas, todas distintas, que podía usar en función de cómo tuviera el cuerpo ese día; pero una vez le atribuya una, el resto quedan fuera. Huérfanas. De modo que tendré que buscar para ellas otro lugar donde alojarse.


EL LAGO MUERTO: INSPIRACIÓN

Haciendo memoria, estoy casi seguro que la idea del Lago Muerto la desarrollé después de ver la historia de la balsa.



The Creepshow era un programa guapísimo de historias de terror. Estaba basado en la celebérrima revista de comic Creepy


Estas revistas de la época (Creepy, Cimoc, 1984, Zona84, etc.) son el ejemplo de esos tebeos que tiene tu hermano mayor y que te vuelan la cabeza cuando caen en tus manos. De hecho, estoy más que seguro que una inmensa mayoría de las ideas que he tenido para mis partidas vienen de esas historias cortas de misterio / gore / terror / erotismo. 

Pero volviendo a la historia de la balsa, la he encontrado en youtube, sin censura (lo cual es un alivio) y no se ve demasiado mal:


No puedo dejar de recomendar la lectura de obras como Creepy o Eerie, así como ver tantas temporadas del Creepshow como se pueda. Sorprenderá a más de uno ver la cantidad de jóvenes actores, hoy en día estrellas consagradas, que trabajaron ahí.

Al final, supongo, que cualquier obra de ficción que genera un impacto en ti te vale como semilla de aventura, o como relato, o como dibujo, o... lo que sea. Lo guay es metabolizarlo y seguir creando a partir de ahí. ¿No es así como creamos nuestra propia voz, nuestro propio estilo?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario